La ONU, los trabajadores humanitarios y los médicos han advertido que el cierre prolongado del cruce pone en peligro a algunos de los más indefensos de Gaza, incluidos niños con quemaduras graves, pacientes con cáncer y personas que necesitan cirugía cardíaca.

El cruce de Rafah, en la Franja de Gaza, cumple 100 días desde que Israel tomó su control y selló la única ruta de salida de los palestinos al exterior, tras el inicio de la ofensiva el 7 de octubre pasado que ha dejado casi 40.000 gazatíes asesinados.

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De acuerdo a un comunicado de la oficina de medios de Gaza, “el cierre de Rafah ha causado la muerte de más de 1.000 niños, heridos y enfermos palestinos”.

El ente precisa que las tropas israelíes quemaron, arrasaron y dejaron fuera de servicio el cruce antes de lanzar su ofensiva terrestre a gran escala en mayo pasado contra esa gobernación al sur de la Franja de Gaza.

Asimismo, destaca que con esta acción Tel Aviv bloqueó la entrada de suministros médicos y delegaciones sanitarias, así como la salida de pacientes a recibir tratamiento en el exterior, empeorando aún más la situación sanitaria y humanitaria en el territorio asediado.

Según la oficina de medios, la medida demuestra claramente la intención del régimen de “inutilizar hospitales” y destaca “su uso del hambre como herramienta de presión política», lo que profundiza la hambruna en todo el territorio palestino.

Además, enfatiza que “este crimen constituye una clara violación legal del derecho internacional, del derecho internacional humanitario y de todos los acuerdos internacionales”.

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